Me encontraba con el "problema" de encontrar un alojamiento en el que pudiéramos estar juntos los ocho amigos que habíamos planeado ir a El Palmar aquél inolvidable fin de semana de noviembre.
Luca no solo nos solucionó el tema logístico, lo hizo realmente fácil y sencillo. Nos recomendó el Chalet Yoly, perfectamente situado y con una distribución y calidades maravillosas.
El chalet posee un jardín de césped muy cuidado, que flanquea dos de los cuatro lados. En la zona delantera, un porche muy agradable, donde se puede disfrutar del sol y la tranquilidad que rezuma de los alrededores de la finca. El hecho de ser una construcción que no posee ningún edificio adosado, da muchísima libertad y ofrece un espacio íntimo y agradable. En la zona posterior hay un patio trasero que posee un porche y una barbacoa de fábrica, así como una mesa grande con sillas y sillones de mimbre. Es un lugar exquisito para comer al aire libre y disfrutar de las ventajas del chalet, puesto que tiene un acceso directo a la cocina del edificio. Nosotros la aprovechamos haciendo una barbacoa de pescado a la brasa.
El interior es muy amplio e ideal para compartir con amigos y familiares, La cocina es amplia y grande, donde se puede comer gracias a que posee una mesa con sus sillas. El salón es grandísimo. Nosotros aprovechamos y encendimos la chimenea, creando un hogar muy agradable. Abajo también hay un aseo, ideal para no molestar a las personas que quieren descansar en sus habitaciones, que se encuentran en la planta superior. Esta distribución hace que se produzca un aislamiento que permite separar zona de ocio y descanso.
Las habitaciones son muy amplias y están perfectamente equipadas, ya sea para el frío o el calor. Además el cuarto de baño de la planta de arriba es muy grande y cómodo.
La relación calidad precio es espectacular, y el trato de Luca con los clientes, exquisito.
Muy, muy recomendable.
No nos queda más remedio que repetir.
publicado el 3 enero 2020