Castellar de la Frontera
Erigida sobre un promontorio rocoso con su magnífico castillo que domina toda la Bahía y el Peñón de Gibraltar, Castellar es el pulmón verde de la comarca beneficiándose del Parque Natural de los Alcornocales.
Sus orígenes se remontan a la Edad del Bronce (yacimientos de Cuevas del Cancho, los del Tajo y Abejera) pero cuando adquiere su verdadera identidad es con la conquista musulmana, pasando a llamarse Al-Qars. Al hablar de la ciudad hay que distinguir entre el Castellar Viejo y el Nuevo, construido en 1971 a 8 Km. del antiguo.
En la Plaza Andalucía también se levanta una importante escultura que conmemora el XXV Aniversario de la creación del nuevo pueblo y muy cerca otra escultura dedicada a los Derechos Humanos.
Otro gran atractivo de la localidad es su cocina, siempre emparejada a las carnes de caza, especialmente al venado, así como al conejo y la perdiz. Cortada en pernil, en chuletas, filetes o lomo, la carne de venado es tierna y para ablandarla se suele adobar con vino e hierbas aromáticas en calderetas.
Es, junto con el viejo Castellar y el Nuevo Pueblo de Castellar, el tercer núcleo de población del municipio. En 1603 la orden mercedaria construye el Convento de San Miguel de la Almoraima. Los frailes permanecen allí hasta mediados del s. XVII, pasando a manos del Duque de Medinaceli, que lo convirtió en una hacienda de recreo y caza. En 1945 se crea la Empresa Corchera Almoraima, alrededor de la cual se construyen las viviendas que darán lugar a la barriada de la Almoraima.